Flor y hueso.
¿No hay manera mejor
para expresar tal dolor?...
Flor y hueso.
Mi pecho luchando contra mí
mientras mi sueño
es un sabueso
que corre joven.
¡Que tendrán sus brazos abiertos
que sin probarlos
ya me escuecen
los ojos desnudos!...
intentando la tercera conquista
de un rey salomón.
¡Más será
quisiera verla!...
Hay algo que me lo impide,
¡siempre!
Mi pecho ahogante
y vena seca
instruye en mis aposentos
¡No durmáis
por doquier!,
me dicen.
Que mil años
se hacen largos
ríos de espera.