Tu boca de semilla y tu piel de agua
Eres fértil tierra
Que se clava en mi pecho pero en dulce púa,
Eres mío, al cuerpo en la noche
De presumida vitalidad
Merecedora de derroche
Con forma de detalle y fraternidad,
Tus ojos de broche de luz de luna
Que deseo llevar siempre
En los caminos de la gloria,
Lo que me hizo conocerte,
Tu ausencia no necesitaría rostro ni reproche
El olvido un monstruo
Y como tantas el corazón más pobre tendría
Lo que para mi no existe,
Ni al miedo sin coche
Ni los celos,
Ya enterré
Ni los celos,
Ya enterré