La luna, de tu noche abierta a mi,
ya que solo la puedo ver si me ama...
fue roja luz que me separa de ti,
sangre hierve, se apodera. El alma
se regala lo que siempre sentí.
Rosa, y de espuma blanca que llama,
así, mi vestimenta es hoy así,
es de hoy que en el mar osa la calma.
Tu amor enloquece... ya veas ojos
bien despiertos, o muy dormidos,
que voy a darte trigo y verdura
para poder comer mi levadura...
Esto no es más que mi poca locura
por todo un campo de labios puros.