viernes, 4 de marzo de 2011

El hombre de lo que sigue siendo un misterio



En su alcoba pudo ver
A su vez, lo conocido y desconocido,
No concibió tartamudez ni tardo en creer

Un misterio creyó  resolver
Hombre custodiado y sepultado
Distintas eternidades a merecer

La vida y muerte
Cielo e infierno
No es mentirte
Tampoco soborno


Se dejaba ver
No estaba inerte
No deja de ser
Ni de estar para quererte

El polvo del que estoy hecha se convertirá en abono
Para dar pureza a cuerpo y mente
Ella  reencarnada y tú en tu trono
Mi corazón sin dudar pertenecerte


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