Siento cuando no está
Cimiento del frío
Arruga del calor
Por eso hoy me dirijo a ella
La mar
Con la voz temblorosa
Pensando las palabras más rápido que decirlas
necesitaría un aliento
que no entrará ni saldrá
Le de forma de olas, a mi el habla
Intentare tratarla con la mínima presura de una rosa
Llevan las mismas fragancias
Hechas por el cauce del viento
Y suspendidas en la fina niebla
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