sábado, 14 de agosto de 2010
MATAR NI ARTE NI CULTURA
Es el toro bravo corriendo por las praderas
Se encuentra con la caricia del viento junto a su cría
Sin saber también
Su destino final
Sus últimos días
Se encuentra en la arena frente a su batalla
Luchando como puede por su vida
Cuantas heridas ya clavadas
Los pollos también mueren
Y las vacas
Pero que halla gente viéndolo
Riendo,
Disfrutando de la tortura
Queriendo más y más lucha
Las que le humillan
Hasta morir
Dicen que es el único animal que muere luchando
Yo digo que también en las guerras
Y no por ello es bueno
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
allí no hay cielo
cuando no puedes separar la lluvia de la niebla y el sol no conmueve a la vida cuando la vida es un dibujo sin explicación que no tiene ...
-
Rompe el silencio las carcajadas Se abre la puerta con una puñalada en la espalda Su amistad envenena, El recorrido de mi cuerpo abras...
-
La llama de tu mirada se hace eterna en mi memoria Tengo sed de tus besos Tengo frió sin tus caricias Espero abrir la puerta, y en mi, un su...
-
Me encuentro paseando en mi jardin Frete a los porfundos lagos Me siento en una enorme roca Y con esmero observo Vuela alto en el cielo azul...
Irene, me ha gustado esa mezcla de estilos para construir esa sentida crítica de algo que te duele dentro, no es prosa poética y quizá no exactamente un poema de estructura clásica, pero canaliza de forma muy clara tu mensaje, veo que eres buena transcribiendo emociones de una forma cristalina y sin adornos innecesarios.
ResponderEliminar¿Sabes? Me has recordado a la Cavani más combativa porque literalmente rasgas tu ser, dejas de lado la cortesía y la hipocresía (por supuesto) y denuncias de forma aguda y durísima algo que odias sin importarte para nada el admitirlo.
Te supongo culta por tus escritos y seguro que te suena el nombre de Liliana Cavani, pero yo la conocí (no a ella, sino sus actos, guiones y escritos) de primera mano y en su propia época, tú eres infinitamente más dulce que ella pero compartes su fuerza.
A mí la verdad que el tema taurino me resbala un poco, recuerdo que mi abuelo me llevó una vez a una corrida y pasé un miedo atroz que me dejó marcado, puedo entender que haya quien le guste por tradición y cultura, pero a mí personalmente me desagrada el espectáculo sangriento.
Si no soy más combativo con el tema es porque mi pobre padre era muy aficionado y por respeto y amor a él no dejo que el mundo del toro ocupe demasiado tiempo en mi mente.