Silueta adormecida frente al espejo de cristal
me sabe a sabrosura
la locura que entra en el ventanal
Y me hace sentir en atadura
a ti
Acuéstate flor de canela
Es tarde,
Adéntrate en tus sueños
Que no se esconden
tras el muro de tus miedos
Formándo pesadillas,
Si no el paraíso donde me amas,
Eres mujer virginal
entregada a tus deseos
De formar una sola alma
Entre miramientos
La caricia más carnal
definitivamente, tienes fuego en tu forma de escribir, eres un volcán enamorado que se camufla como apacible colina, leerte provoca desconcierto en los sentidos y estremecidos latidos entre admirados y absortos.
ResponderEliminar¿que tendrán las nubes grises que nos cubren, Irene?¿qué leche tomamos en Cantabria para que esta bendita tierra dé poetas tan especiales como nosotros?