Fue desnuda esa su inocencia
Una bella mujer que solo jugaba a cojer la neblina
La observaba cercana a la flor color de harina
Bajo aquella la lluvia fina
No era como cada día, sin habla y si bello cantar
Por aquel hombre, que en su sueño aún camina
Su trato parecía camelar
Al no ver respuesta alguna
Sin pasión y forzada
Ahogada en la gran laguna
El siguió su camino, andando
Conciencia ninguna
No tuvo ningún signo de arrepentimiento
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